UN CORTE, MILES DE EFECTOS
La deforestación o la tala de árboles suele ser un proceso de destrucción provocada por el hombre de áreas forestales. Es causado directamente por la acción humana sobre la naturaleza, que se debe principalmente a la tala o quema por parte de la industria maderera y la adquisición de tierras para la agricultura, la minería y la ganadería. Y es por eso que estoy en contra del exceso de tala de árboles (deforestación) que hacemos nosotros como personas sin fijarnos en los efectos secundarios que no nos dañan del todo a nosotros sino a las distintas especies y ecosistemas.
Actualmente, ante la presencia del cambio
climático y sus efectos en todos los sectores de la sociedad, los tipos de
bosques y sus diferentes componentes juegan un papel fundamental en la
mitigación de los efectos del cambio climático y la necesaria adaptación a
nuevas y cambiantes condiciones. Por eso, es importante seguir plantando
árboles, saber leer y escribir libros y asegurar el sano crecimiento de los
niños. Los factores que conducen a la deforestación a gran escala incluyen:
negligencia e ignorancia del valor intrínseco, falta de valor de atribución,
manejo imprudente de la forestación y leyes ambientales deficientes. La tala de
árboles sin una forestación eficaz dañará gravemente los hábitats, la pérdida
de biodiversidad y la sequía. Tiene un efecto adverso sobre el dióxido de
carbono (CO2) fijo. Las áreas deforestadas son susceptibles a la erosión del
suelo y, a menudo, se degradan en tierras improductivas. Algunas de las
consecuencias más destacables que podemos tener con la deforestación excesiva
de los árboles son:
- Extinción
de especies de animales y plantas silvestres
- Cambio
climático.
- La
extinción de las corrientes de agua.
- Erosión
del suelo y pérdida de fertilidad.
- Canal
de precipitación.
- Sequía.
- Inundación.
- Destrucción
del paisaje natural.
En si nosotros sabemos que los libros,
cuadernos, carpetas, sillas, etc. son útiles. Pero lo que tal vez muchas
personas no sabemos es el daño que nos hacen y creo que la manera correcta de
ya no hacer daño es que tomemos conciencia y empecemos a ser empáticos con el
resto. No me refiero a que ya dejemos de talar árboles solo que no hacerlo en
exceso porque al fin y al cabo es por el bien de nuestro planeta y a la vez
nuestro hogar.
- Dafne Pongo
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