PENÚLTIMA PLEGARIA
Sigo sentada en la misma banca de siempre
Y en compañía de un silencio reconfortable
combinada con la oscuridad del lugar consigo olvidar mi angustia y pena
Pasadas esas 3 horas contemplando la
belleza y serenidad que otorga la luna a este vacío lugar, decido retornar a lo
que me gustaría volver a llamar “hogar”, pero que ahora no es más que paredes
encerradas deteriorándose lentamente
Me pongo de rodillas ante aquel altar
diminuto pero lleno de súplicas y tristes promesas corruptas
Y al centro se encuentra una estampa del
hijo de Dios; terminó el salmo aprendido en una reunión.
No me abandones porque siento que en
cualquier momento me romperé, estate cerca porque no hay nadie quien me ayude a
salir…
- Athenas Anco
Yo escribo a manera de: Giovanna Pollarolo
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