¿POR QUÉ DEBEMOS ESTAR A FAVOR DEL LENGUAJE INCLUSIVO?

El lenguaje inclusivo alude al modo de expresión que evita las definiciones de género o sexo, abarcando a mujeres, varones, personas transgéneros e individuos no binarios por igual. El lenguaje inclusivo trae muchos beneficios y por ende se debe de utilizar para tener una sociedad con igualdad.  

El lenguaje es uno de los medios con el que se transmite la concepción del mundo en el que vivimos y también es un elemento social que nos permite interactuar cotidianamente con

las personas, éste puede estar permeado de sesgos culturales que mantienen ideas discriminatorias, como es el caso del que se ejerce hacia las mujeres, esto al minimizarlas e invisibilizarlas al tomar como referencia al hombre como medida de las cosas; por ejemplo, al masculinizar las profesiones y oficios, o al hacer uso genérico del masculino a la hora de hablar de mujeres y hombres. En el lenguaje habitual, para saludar a las personas que se encuentran en un recinto alcanza con decir “Buenos días a todos”, por ejemplo. Las normas del castellano contemplan en el término masculino “todos” también a quienes no son hombres. Algunos, sin embargo, prefieren recurrir a la expresión “Buenos días a todos y a todas” para especificar que el saludo también va dirigido a las mujeres. Pero el lenguaje inclusivo va un paso más allá y propone reemplazar la marca de género por una letra E o una X: “Buenos días a todes” o “Buenos días a todxs”. El movimiento feminista y otros sectores sociales impulsan la implementación del lenguaje inclusivo, algunos intelectuales ya han expresado su oposición o sus dudas. El español Arturo Pérez-Reverte, el canadiense Steven Pinker y el argentino Alan Pauls, entre otros, mostraron sus reservas respecto al uso de la E o de la X para borrar las diferencias de género. La lengua se encuentra en constante evolución, nadie nos ha dicho «hasta aquí hemos llegado», y la adopción de términos inclusivos es tan sólo uno de muchos cambios que ocurrirán por la propia naturaleza de la comunicación. El lenguaje inclusivo es un objetivo ideal, una utopía, pero podemos alcanzarlo si abrimos nuestras mentes y nos ponemos en el lugar de quienes sufren su ausencia. Pensemos en el siguiente ejemplo para entender cuán impreciso puede llegar a ser el español: si hay un millón de mujeres y queremos hacer referencia al grupo completo decimos «todas»; sin embargo, si hay novecientas noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve mujeres y tan sólo un hombre, estamos obligados a decir «todos». Sólo por un hombre, volvemos masculino al grupo entero. Francesca Grazian señala que «La lengua puede ser de todas y de todos: no es un sistema rígido, cerrado a cualquier mutación, sino, al contrario, el cambio está previsto en sus mismas estructuras; es un sistema dinámico, un medio (medium) flexible, en continua transformación, potencialmente abierto a escribir en él infinitos significados, y por

ello prevé también la expresión de la experiencia humana femenina». El lenguaje inclusivo alude al modo de expresión que evita las definiciones de género o sexo, abarcando a mujeres, varones, personas transgéneros e individuos no binarios por igual. La opción por un lenguaje inclusivo de género, tiene objetivos sociales como el de democratizar el lenguaje y dar visibilidad social a los géneros femenino y masculino, logrando de esta manera una sociedad más igualitaria y trasparente desde el punto de vista del género lingüístico. Al principio es un poco difícil porque desacostumbrarse a hacer algo que llevas haciendo toda la vida no es fácil y suena raro. Pero poco a poco es genial darse cuenta que cada vez que dices algo incluyes en lugar de excluir.  El lenguaje es mucho más importante de lo que creemos y es muy injusto con las mujeres.


- Angeli Flores



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